martes, 21 de febrero de 2012

Socrates

(470-399 a. C)
Nació en la Antigua Atenas (470 a. C), donde vivió durante los dos últimos tercios del siglo V a. C., la época más espléndida en la historia de su ciudad natal, y de toda la antigua Grecia.
Murió a causa de envenenamiento por cicuta, método empleado habitualmente por los griegos para ejecutar las sentencias de pena de muerte. Sócrates fue juzgado y, declarado culpable, cumplió esta pena en el año 399 a. C.
Murió a los 70 años de edad, aceptando serenamente esta condena, método elegido por un tribunal que le juzgó, y que le ofrecía para morir por no reconocer a los dioses atenienses y corromper a la juventud. Según relata Platón en la Apología que dejó de su maestro, éste pudo haber eludido la condena, gracias a los amigos que aún conservaba, pero prefirió acatarla y morir. Realmente le juzgaron porque dos de sus discípulos fueron tiranos que atentaron contra Atenas.
Fue hijo de Sofronisco– motivo por el que en su juventud lo llamaban Sōkrátēs iōs Sōfronískos (‘Sócrates hijo de Sofronisco’) –, de profesión cantero, y de Fainarate, comadrona, emparentados con Arístides el Justo.
Fue un filósofo griego considerado como uno de los más grandes, tanto de la filosofía occidental como de la universal.
Fue el maestro de Platón, quien tuvo a Aristóteles como discípulo; estos tres son los representantes fundamentales de la filosofía griega.
Tuvo por maestro al filósofo Arquelao quien lo introdujo en las reflexiones sobre la física y la moral.
Filósofos, poetas y artistas, todos creían tener una gran sabiduría, en cambio, Sócrates era consciente tanto de la ignorancia que le rodeaba como de la suya propia. Esto lo llevó a tratar de hacer pensar a la gente y hacerles ver el conocimiento real que tenían sobre las cosas. Asumiendo una postura de ignorancia, interrogaba a la gente para luego poner en evidencia la incongruencia de sus afirmaciones; a esto se le denominó «ironía socrática», la cual queda expresada con su célebre frase «Sólo sé que no sé nada»
Su más grande mérito fue crear la mayéutica, método inductivo que le permitía llevar a sus alumnos a la resolución de los problemas que se planteaban por medio de hábiles preguntas cuya lógica iluminaba el entendimiento. Según pensaba, el conocimiento y el autodominio habrían de permitir restaurar la relación entre el ser humano y la naturaleza.
La sabiduría de Sócrates no consiste en la simple acumulación de conocimientos, sino en revisar los conocimientos que se tienen y a partir de ahí construir conocimientos más sólidos.
Esto le convierte en una de las figuras más extraordinarias y decisivas de toda la historia; representa la reacción contra el relativismo y subjetivismo sofista, y es un singular ejemplo de unidad entre teoría y conducta, entre pensamiento y acción. A la vez, fue capaz de llevar tal unidad al plano del conocimiento, al sostener que la virtud es conocimiento y el vicio ignorancia.
El poder de su oratoria y su facultad de expresión pública eran su fuerte para conseguir la atención de las personas.
Sócrates no escribió ninguna obra porque creía que cada uno debía desarrollar sus propias ideas. Conocemos en parte sus ideas desde los testimonios de sus discípulos: Platón, Jenofonte, Aristipo y Antístenes, sobre todo. Tales testimonios no son convergentes, por lo que no resulta fácil conocer cuál fue el verdadero pensamiento de Sócrates.
Doctrina
El rechazo al relativismo de los sofistas llevó a Sócrates a la búsqueda de la definición universal por elaboración de conceptos, que pretendía alcanzar mediante el método inductivo. Probablemente la búsqueda de dicha definición universal por concepto no tenía una intención puramente teórica, sino más bien práctica.

viernes, 3 de febrero de 2012

Reflexión sobre el tiempo

El tiempo es ese continuo cambio del antes al después, pasando por las horas. Son estas horas los que nos hacen sentir de distintas formas el mismo transcurso del tiempo, haciendo que en determinadas circunstancias el tiempo parezca estirarse o acortarse según el estado de ánimo en el que nos encontremos, y es por ese sentimiento totalmente irracional pero absolutamente real, de que el tiempo es distinto para cada momento.

Los tiempos pueden ser:
Demasiado lento... para aquellos que esperan,
Demasiado rápido... para aquellos que temen,
Demasiado largo... para aquellos que sufren,
Demasiado cortó... para aquellos que gozan,
Demasiado eterno... para aquellos que aman,
Demasiado bello... para aquellos que sobreviven.

Y es en estas clases de tiempos es donde aprendemos a valorar cada momento de la vida, ya que como bien sabemos no es eterna y la mejor forma de aprovecharla es hacer lo que más nos guste, lo que más deseamos, lo que más amamos; dejando así un legado para las futuras generaciones que al fin de cuentas no son tan lejanas.